En paralelo, la banca ha reducido un 6% el precio medio de las hipotecas desde que irrumpió el Covid-19.
El sector financiero se enfrenta esta semana a una ronda de presentaciones de resultados dura, de un período marcado a fuego por el coronavirus. Lo foto fija del sector saldrá muy movida, con pocas cifras halagüeñas, pero sí habrá un apartado en el que la banca española podrá poner sobre la mesa una mejora.
Se trata de los ingresos generados por la cartera hipotecaria. Los analistas estiman que el significativo repunte que el euribor experimentó durante los meses de marzo, y sobre todo de abril y mayo, tendrá un impacto positivo ya en las cuentas del segundo trimestre. La principal referencia para fijar el precio de las hipotecas es uno de los pocos clavos ardiendo a los que se ha agarrado el sector durante el gran parón provocado por el Covid-19.
Al cierre del mes de mayo, el euribor subió a toda velocidad hasta el -0,081%, muy por encima del -0,108% del mes de abril anterior y más aún del -0,288% al que terminó el mes de febrero, antes de la irrupción de la pandemia. No se habían visto unos niveles más altos en el euribor desde enero de 2017. Por sorpresa, los bancos se encontraban antes un escenario tan positivo como imprevisto, en medio de una crisis sin precedentes.
Pero los analistas ya advirtieron entonces de que la alegría sería efímera porque la subida de abril y mayo respondía, sobre todo, al crecimiento de las dudas sobre la solvencia de los bancos desatadas por el Covid-19. Unas dudas que se trasladaron inmediatamente en forma de subidas al precio de los préstamos entre las propias entidades financieras, de los que se extrae el euribor diario.
Cambio de dirección
Efectivamente, el euribor ha virado a la baja con fuerza durante todo el mes de junio y las tres primeras semanas de julio. La media provisional está de vuelta en el nivel del -0,26%. Es decir,en los mismos niveles de marzo, los mismos también que al cierre de 2019, pero aún por encima del -0,283% de julio del año pasado. Por lo tanto, el sector aún se sigue beneficiando tímidamente del rally del euribor en primavera.
En junio, quienes tuvieron que revisar la cuota de su hipoteca asumieron una subida que, extrapolada a todo un año, supone entre 40 y 90 euros. Un avance modesto que supone un soplo de aire fresco para el sector en un momento de impasse en el que trata de recuperar la velocidad de crucero en términos de producción. En este punto, la presión para el negocio hipotecario sigue siendo muy intensa.
Con el euribor a la baja de nuevo, la banca tiene que seguir apretando el acelerador en precios para mantener su cuota de mercado sin cambios en un entorno de mucha incertidumbre. Según la Asociación Hipotecaria Española (AHE), es «posible» que las tasas de dudosidad de los préstamos se vean impactadas por el nuevo escenario económico, en el marco de «una economía afectada por la crisis y una cartera que en parte ha sido objeto de moratoria».
Precios más altos
Con las previsiones de producción de nuevas hipotecas para 2020 hechas trizas por el impacto de la crisis, bajar precios es la única alternativa.
Las últimas cifras oficiales de mayo reflejan esta realidad. Según los datos del INE, el tipo medio de las hipotecas para viviendas repitió en el 2,48%. Por lo tanto, la primera lectura es que se consolida la caída media del 6% hasta nuevos mínimos históricos desde que el coronavirus provocó un parón histórico en el negocio hipotecario.
Cuando acabó febrero, el último mes completo antes de la irrupción de la pandemia, el tipo medio se situaba en el 2,64%. Un nivel que ya era muy competitivo. Pero la crisis ha provocado una rebaja adicional muy especialmente en el segmento de las hipotecas a tipo variable.
En este apartado, el desplome de los tipos es espectacular. En mayo, el precio medio de los préstamos referenciados al euribor cayó nuevamente hasta el 2,12%. Es decir, un 14% por debajo del 2,47% de febrero. Por lo tanto, los bancos redujeron precios de forma drástica a tipo variable justo cuando el euribor estaba en plena subida.
Mucho más contenida ha sido la caída de los tipos de los préstamos a tipo fijo, de alrededor de un 5% respecto a los niveles previos a la pandemia. No obstante, el descenso ha sido más que suficiente para que se rompa a la baja el nivel del 3%. Ahora, el tipo medio se sitúa en el 2,87%, una décima incluso por encima de los niveles del pasado mes de abril.