El año pasado, 5.403 compañías trasladaron su sede social de una región a otra, casi un 20% más que en 2020. Más del 40% eligió como destino Madrid. Cataluña registró el mayor saldo negativo con la pérdida de 348 empresas.
El éxodo de empresas de Cataluña hacia otras comunidades autónomas comenzó en 2012 como un lento goteo, fruto de la decisión del expresidente Artur Mas de abrir la caja de Pandora del independentismo y dar así el pistoletazo de salida al procés. Pero la fuga empresarial masiva se produjo a partir de 2017, con el referéndum ilegal del 1-O convocado por el prófugo Carles Puigdemont y su efímera declaración de independencia, una hemorragia de tejido productivo que no se ha detenido desde entonces y que incluso volvió a arreciar en 2021. El año pasado Cataluña fue de nuevo la comunidad que mayor número de empresas perdió, con la salida de 935 sociedades y la entrada de solo 587; esto es, un saldo negativo de 348 compañías, el mayor de todas las CCAA, según un informe sobre cambios de domicilio social de D&B Informa.
Y mientras el tejido empresarial de Cataluña se desangra, el de Madrid sigue ganando músculo, reafirmándose como el destino preferente de las compañías que deciden emprender mudanza. De las 5.403 empresas que trasladaron su sede social en 2021 de una comunidad a otra (un 20% más que en 2020), 2.085 eligieron Madrid como nuevo destino, el 41% del total. Madrid no es ajena a la salida de empresas, pero teniendo en cuenta que entraron muchas más de las que salieron (1.493), el saldo neto fue favorable a la región, que sumó 592 nuevas compañías, sin parangón el mayor saldo neto entre las comunidades autónomas (la segunda fue Baleares, con 76).
De las 2.085 que el año pasado llegaron a Madrid, 418 provenían de Cataluña (el 20% del total), frente a las 300 empresas madrileñas que decidieron mudarse a Cataluña. En esta ocasión, el trasvase más numeroso de compañías a Madrid se produjo desde Andalucía, con 481 traslados, en tanto que la región sigue siendo el gran polo de atracción en la movilidad empresarial entre autonomías gracias a su política de alivio fiscal, a su libertad comercial y de horarios y al clima cada vez más favorable para todo tipo de negocios. Así, 219 compañías que salieron de la Comunidad Valenciana lo hicieron con rumbo a Madrid, al igual que 205 que abandonaron Castilla-La Mancha, 189 de Castilla y León, o 163 procedentes de País Vasco.
La capacidad de Madrid para atraer músculo empresarial, gracias en parte a sus bajos impuestos, ha situado a la región en el epicentro de la armonización fiscal que el Gobierno de Sánchez anuncia para 2023 y que obligaría a la comunidad a elevar impuestos como Patrimonio y Sucesiones y Donaciones.
Facturación
Pero si bien los números son importantes, también lo es el tamaño de las compañías que se trasladan. Así, Castilla y León, pese a registrar un saldo neto negativo, se llevó el año pasado el premio gordo en términos de facturación al convertirse en la nueve sede de Michelín España, que se llevó consigo a la región desde Madrid sus más de 2.235 millones de facturación en 2020.
Por contra, SAS Autosystemtechnik, grupo de componentes de automoción, mudó su domicilio desde Navarra a Madrid con sus 437 millones de euros en ventas. Y otro tanto hizo Vinzeo Technologies, empresa de comercio al por mayor de equipos electrónicos que ingresa unos 765 millones al año y que trasladó su sede desde el País Vasco a Madrid.
No fueron las únicas mudanzas relevantes en 2021. Codere (ventas de 302 millones en 2020) partió de Madrid con rumbo a Melilla; Cecosa Supermercados (424 millones) dejó el País Vasco para instalarse en las Islas Baleares; Marillion, dedicada al comercio al por mayor de combustibles y con una facturación de 335 millones, trasladó su sede de Andalucía a Madrid, mientras que Gunvor Marketing (209 millones) cambió Cataluña por Madrid.