La banca se prepara para la venta masiva de tóxicos a finales de 2021

Santander, BBVA y Sabadell son los bancos que más activos dañados procedentes de la anterior crisis han vendido a los fondos, según Axis Corporate.

La banca española se prepara para la venta masiva de activos tóxicos una vez que aflore la morosidad real por el impacto de la pandemia. La relajación contable y las medidas para garantizar la liquidez, como las moratorias hipotecarias y en créditos al consumo, así como las líneas ICO, retrasarán la acumulación de impagos, que tendrán que ser provisionados antes de que las entidades los saquen de sus balances.

Los bancos ya han trasladado a las firmas especializadas que la venta de carteras de activos tóxicos será una prioridad en los próximos trimestres y desde el sector especializado en este negocio se prevé una oleada de operaciones a finales de 2021 e inicios de 2022, según distintas fuentes financieras.

La calidad de la cartera crediticia de los bancos españoles sufrirá un deterioro significativo por la pandemia del Covid-19, como advirtió recientemente el Banco de España.

La tasa de morosidad se sitúa por debajo del 5%, aunque la crisis va a hacer que se duplique a casi el 13% en dos años, según la consultora Alvarez & Marsal (A&M), que señala, no obstante, que la morosidad contable se reducirá ligeramente por encima del 11% gracias a la flexibilidad normativa. Axesor Rating, por su parte, prevé que la tasa de impagos alcance el 11%-12%.

Anestesia económica

«En la actualidad hay una anestesia económica que durará hasta septiembre y finales de 2020. Ya el próximo año empezarán a aflorar los impagos y se acumulará la bola», anticipa Fernando de la Mora, director general de A&M para España y Portugal. Algunas fuentes especializadas en el segmento de activos tóxicos hablan de que el volumen de crédito impagado se incrementará en unos 50.000 millones de euros en el sector financiero español.

La gran incógnita entre los gestores bancarios es saber cuándo aflorará la morosidad real por la pandemia, pendientes de si hay nuevos rebrotes del virus que añadan más incertidumbre a la economía.

De todas formas, las entidades han percibido dos indicios positivos en los balances para hacer frente a los nuevos impagos: el fuerte desapalancamiento de familias y empresas en los últimos años, y la mayor exposición a un producto como las hipotecas, cuyo pago se prioriza al de otros créditos, como por ejemplo los destinados al consumo.

El Banco de España ya ha alertado de que la venta de carteras de activos tóxicos puede ser «más compleja durante un tiempo».

Operaciones congeladas

De hecho, la pandemia provocó un parón en este tipo de operaciones para sanear los balances, aunque el sector confía en retomar las ventas congeladas a más tardar a finales de este año.

Los bancos duplicaron las provisiones en el primer trimestre, sobre todo para afrontar el deterioro económico por la pandemia. Las seis entidades cotizadas dotaron casi 3.900 millones por los efectos económicos provocados por el Covid-19.

Más provisiones

Pero lo más lógico es que sigan aumentado sus niveles de coberturas ante la abrupta caída de la actividad económica. Santander, por ejemplo, provisionará otros 2.000 millones de euros en el segundo semestre de 2020, según Goldman Sachs. El banco presidido por Ana Botín ya realizó una dotación extraordinaria en el primer trimestre de 1.600 millones de euros para afrontar el impacto de la pandemia.

«Este año se van a anticipar muchas provisiones, lo que facilitará la venta de préstamos dudosos a finales de 2021», señala un alto directivo del sector financiero, que recuerda que la suspensión de dividendos por el Covid-19 resta presión a los bancos para generar beneficios.

Sin embargo, es previsible que la oleada de operaciones para desaguar activos tóxicos se concentren primero en lo grandes bancos. Algunas fuentes advierten de que los bancos más débiles podrían retrasar la venta de carteras más allá de 2021 por disponer de menos capital y para evitar entrar en pérdidas.

Santander, BBVA y Sabadell han liderado la venta de activos tóxicos entre 2015 y 2019, tras deshacerse de más de 82.000 millones, según Axis Corporate. Santander protagonizó en 2017 una operación histórica, al ceder a Blackstone el control mayoritario de Quasar, la sociedad a la que el banco traspasó el riesgo inmobiliario de Popular pocas semanas después de comprarlo. La operación ascendió a 30.000 millones y batió récord en Europa. Pero los bancos también tendrán que sacar de sus balances en los próximos años el crédito moroso que arrastran de la anterior crisis y que alcanza 85.000 millones.

A la espera de un nuevo comprador de dudosos

Desplegable El sector de activos tóxicos aguarda el desembarco de Santander como parte compradora de crédito dudosos, conocido en el argot financiero como NPL. La entidad trabaja desde antes de la pandemia para emprender esta nueva línea de negocio, que hasta ahora está copada por los grandes fondos de capital riesgo. De hecho, fichó el año pasado Josep Julià, un experto de reconocido prestigio en el mercado de NPL procedente del Banco Mundial, que se incorporó al grupo liderado por Ana Botín como senior advisor. Los planes del banco pasan por invertir unos 1.000 millones en NPL, una potencia muy lejana a la de los fondos especializados en este mercado, como pueden ser Blackstone, Cerberus o Lone Star. Pero se trataría de una capacidad inicial que podría multiplicarse por las posibilidades de apalancar hipotéticas operaciones y porque las compras de activos dañados se suelen hacer con fuertes descuentos.Santander ya ha creado la sociedad Deva Capital como vehículo para explorar la compra de activos tóxicos de entidades de todo el mundo.

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